lunes, diciembre 06, 2004

Y tu, ¿de quién eres?

Mira a que a mí, esto de la navidad que se nos echa en cima no me gusta nada de nada, y es sobre todo por el mercantilismo agresivo, el falso espíritu navideño impuesto por los centros comerciales, y por la obligación de ser, durante eso días, fraternal, dadivoso y en general una buena persona, aunque no lo hayas sido durante todo el año.
Pero ese no es el tema del post de hoy, sino únicamente la punta del icebert, de un icebert agri-dulce, y algo oscuro y sucio. Es curioso, un icebert es blanco, casi azulado, limpio puro, y solo sale a la superficie 10% de su masa; pasa parecido con la mierda: es marrón-negruzo, es sucio y apenas sale a la superficie.
Dejando de ser escatológicos por un instante, retomo lo que inicialmente erea lo que iba a contar: el stock navideño-deprimido-emigrantoide del que he sido víctima.
Yo, como cualquier día que bajo la basura (no tan amenudo como debiera), cierro la bolsa, cojo las llaves, y me preparo para este tedioso contacto ocasional con la suciedad que yo mismo genero.
Cojo el ascensor, bajo del 4º al -1º donde está el cuarto de basuras (todo un lujo de mi edificio), así entro en lo que parecía antiguamente un piso sin ventanas y que huele repugnantemente, sobre todo esa baba amarilla que escurre de los contenedores. Me alivia pensar que solo estaré allí 15 segundos, y que volveré a mi plácido placer palaciego.
Pero todo esto venía a que hacía varios días, me había parecido oir que en la misma planta, en puertas aledañas, había "gente": alguna oficina o puerta de acceso a algún garaje pensé yo.
Pero mi stock vino cuando ví en una de esas puertas un espumillón el día 2 de diciembre y esta vez me fijé bien en los ruidos del interior... y se confirmaron mis sospechas: vivia toda una familia de inmigrantes, en un apartamento de menos de 40 metros, sin ventanas, donde la única ventilación viene de la puerta de entrada y esta da al cuarto (vomitivo) de basuras, y aún tienen espíritu navideño el día 2 de diciembre.
La verdad es que hay que tener valor para tener ganas de celebrar la navidad en esas condiciones, o incluso, lo más doloroso, es ser capaz de considerar es cuchitril en su casa, "su hogar dulce hogar", en aquel sitio que uno piensa cuando está trabajando: "me voy a casa y me siento un rato agusto", y ese sitio es donde yo no quiero estar ni 15 seguntos.
Ahora uno piensa, que tipo de persona soy yo, y no me refiero si bueno o malo, sino del tipo A, B o C....
El ciudadano de tipo A: ciudadano/a, blanco, español, con estudios, trabajo más o menos, con movil, televisión, ordenador, internet, coche, sales de cervezas cuando quieres....
Ciudadano B: sin estudios, con poco trabajo, o trabajos de 10 horas, a la intemperie, que al final el patrono termina engañandoles, presionando, viviendo a su cosa, llegando a fin de mes como pueden... y sin paro, y a ver si tendrán pensión decente algún día.
Ciudadano C: ni españo, ni con estudios o si los tiene no son compatibles, ni trabajo, con crios, sin paro, sin ayuda familiar, sin seguridad social, ni pensión, ni contrato de trabajo legal, ni casa en condiciones, sin derechos, y de vez en cuando en algún lio.

Que triste es esto de primer mundo.

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