Ver a las hijas de los hombres.
Saborear el amargo nectar del lúmulo y la cebada.
Enredarse entre volutas serpenteneantes, avivadas por los claro-oscuros de luces nocturas, de bares, pubs, clubs, o cantinas portuguesas de aguerridos pescadores de bajura.
El ver lo que nadie ve.
Al que no ven como realmente es.
Otro angel caido de entre los dedos de Dios, donde por su todopoder logra hacer cosas que no puede deshacer.
Consejo para no hacer caso: "no te pongas unas alas de angel, por que verás lo demoniaco que puedes llegar a ser"
No hay comentarios:
Publicar un comentario